PUGLIA Barletta-Andria-Trani, Foggia

PUGLIA

Apulia o Puglia como se dice en italiano, es la regiñon mas oriental del pais, y quiza la que más sorprenda al viajero que la visita. A pesar de ser una de las menos conocidas, en su pequeño territorio atesora tal cantidad de historia, cultura, arte, arquitectura de marcada personalidad y naturaleza, que constituye sin duda un inolvidable destino para conocer en cualquier época del año. En ella esperan vestigios de la prehistoria en forma de menhires y construcciones megalíticas, fortalezas medievales como en Otranto y Gallipoli, arte como el barroco de la Santa Croce de Lecce y arquitectura rural única como son los “trulli” de Alberobello.
Sus seis provincias, de norte a sur: FOGGIA, BARLETTA-ANDRIA-TRANI, BARI, TARANTO, BRINDISI y LECCE, conforman una tierra caracterizada por su autenticidad, que invita a ser conocida con tranquilidad, a saborear cada rincón con la calma que se respira entre sus habitantes. Por esto a Puglia, la soleada y apacible, se la llama la región del “mezzogiorno” (del mediodía)….

 

 

 

GEOGRAFIA

Su territorio alargado y estrecho y se extiende desde la cadena montañosa de los Apeninos hasta el mar Adriático, al norte y este y el Jónico, al sur. Al oeste limita con las regiones de Basilicata y Campania, donde se forma el amplio golfo de Tarento. La silueta de Puglia se caracteriza por dos penínsulas que le imprimen su inconfundible forma. Al norte la península redondeada, conocida como la “Testa del Gargano”, es un promontorio rocoso cuya superficie muestra una morfología kárstica que se interna en el Adriático. Su costa es abrupta y acantilada. No hace falta mucha imaginación para identificarlo con la “espuela de la bota italiana”. A los pies de esta formación rocosa se extiende la amplia llanura de Tavoliere, una de las mayores de Italia cuyo origen aluvial la convierten en una tierra excepcionalmente fértil. Al sur está la segunda península y seguramente la más conocida, la Península de Salento que avanza entre los mares Adriático y Jónico para acercarse hacia la costa de Albania de la que tan solo la separan 80 km. El punto de la costa italiana más cercano a tierra albanesa es el cabo de Otranto, considerado el punto de división entre el mar Adriático y el Jónico. El litoral salentino es bajo y arenoso en su gran mayoría, como en las playas de Torre dell Orso y Porto Cesario o en Gallipoli situada en el interior del golfo de Tarento y bien conocida como la “gema de Salento”. Solo en Otranto la costa se eleva y se hace más rocosa y accidentada.

En su conjunto, Puglia es la región italiana con más kilómetros de costa con abundantes playas de arena.También es la más llana ya que los Apeninos apenas invaden su territorio. La única formación montañosa propia de Puglia es el mencionado promontorio de Gargano. El centro de la región está ocupado por tierras marcadas por el fenómeno kárstico en las que se alternan las colinas con zonas más llanas llamadas Murge, que como en el caso de la comarca del Gargano se han constituido en Parques Nacionales.

 

HISTORIA


Mantiene a día de hoy el histórico nombre que ha recibido durante siglos, Apulia, que hace referencia a los pueblos que la habitaban ya desde épocas prerromanas. Estos eran los apulios o yápigos en griego antiguo, que era como les denominaban los griegos del otro lado del Jónico.
Los restos más antiguos que se han hallado en Puglia datan del milenio I a.C. y se han identificado con los primeros pobladores ilirios e itálicos. Durante la expansión de los griegos micénicos en el Mediterráneo, en el siglo VIII a.C. en que se gestó la Magna Grecia en el sur de la península itálica, se comenzaron a fundar colonias comerciales en el golfo de Tarento y en la península de Salento. Uno de los principales centros griegos que mayor importancia tomó en los siglos V y IV a.C. fue Taras, la actual Tarento, donde se fabricaba un peculiar estilo de cerámica. Durante los siglos IV y III a.C. los romanos extendieron su conquista por estas tierras y fueron parte del escenario de las guerra que mantuvieron con el pueblo de los samnitas, con el rey Pirro de Epiro y contra Cartago. Fue en Apulia, en la ciudad de Cannas, donde el ejército romano sufrió una gran derrota a manos de Aníbal, en la Segunda Guerra Púnica. Tras la victoria final de los romanos contra los cartagineses, los principales centros comerciales de la Apulia, sobre todo los importantes puertos de Brindisi y Tarento fueron controlados y toda la región paso a ser un floreciente proveedor de cereal y aceite para el Imperio y para todas sus provincias orientales.

Con la caída de Roma, Apulia es ocupada primero por godos y lombardos, luego, en el siglo VI Bizancio impone su dominio convirtiendola en una provincia con capital en Baril. A partir del año 800 y hasta el siglo XI, los sarracenos la ocuparan en diferentes periodos, pero en general es Bizancio quien sigue ejerciendo el dominio hasta que finalmente los normandos encabezados por Roberto Guiscardo establecen el ducado de Apulia en el año 1059, pasando a ser una mera provincia dependiente del Reino de Sicilia y más tarde del de Nápoles. Entre los siglos XII y XIII, los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico y en especial Federico II, la escogen por largas temporadas para ser su residencia. Tras la caída del imperio y las sucesivas presiones de la Casa d Anjou y la corona de Aragón, el territorio de Apulia se descompone en varios pequeños feudos llamados “baroni”. En el año 1734 la tierra de Apulia es el escenario de la victoria de los ejércitos españoles sobre los austriacos en la batalla de Bitonto. Su control también es motivo de pugna entre venecianos y otomanos que se disputan sobre todo las localidades costeras.

A partir del año 1820 entra en la vorágine que conduciría a Italia a unificarse y constituirse como una nación. En 1861 se une al recién creado reino de Italia. A partir de entonces se van produciendo los avances y reformas como la abolición del sistema feudal y la renovación del sistema judicial, que la van modernizando y que culminan en el siglo XX.
Esta fecunda historia ha hecho que en Apulia hayan quedado núcleos de población en los que, aparte del idioma oficial, el italiano, se hablen otros dialectos como reminiscencias históricas de los diferentes pueblos que pasaron por estas tierras. Por ejemplo en el norte y centro de la región se habla aún en algunos pueblos el dialecto napolitano con sus variantes de Bari y de Foggia. En el sur se hablan los dialectos tarentino y salentino derivados del siciliano. También en el sur han quedado pequeñas comunidades que conservan el griko, idioma que se desarrollo a partir del griego antiguo. Muy minoritario es el dialecto faetar que solo se habla en dos localidades de Foggia y cuyo origen es franco-provenzal.

Pero es en el arte donde mejor se manifiesta la herencia de la mezcla de culturas y pueblos que han pasado por las tierras de Puglia. Un claro ejemplo es el estilo arquitectónico en el que se levantan los edificios en Apulia durante los siglos XI, XII y XIII en que las influencias griega, árabe y normanda están patentes. Desde oriente también llega una clara influencia pues los puertos de Apulia eran por su situación geográfica, puertas abiertas en las que el intercambio comercial con oriente es continuo y por el hecho de que desde estos puertos salían los cruzados hacia tierra Santa y a ellos volvían. Otro ejemplo de la influencia de oriente es el caso de las iglesias rupestres, construidas en su totalidad o en parte en grutas, cuyas paredes se decoraban al estilo bizantino. Destacan la cripta de Santa Cristina en Carpignano Salentino, pintada en el año 959 y las de la provincia de Tarento. Característico es también el románico que se desarrolló en Puglia por sus fuertes influencias lombardas, pisanas y borgoñonas que en la basílica de San Nicolás de Bari del siglo XII y en la catedral de Trani se muestra en todo su esplendor. Otro estilo arquitectónico que en Puglia adquiere una personalidad única es el barroco, cuyo material de construcción fundamental, la piedra que se extrae de las canteras de la provincia de Lecce, tiene unas características que la hacen idónea para la profusa decoración del exterior de los edificios.

 

FOGGIA

Es la provincia más septentrional de la región de Puglia y la más extensa. Bañada por el Adriático, se la denomina también Daunia (tierra de los daunios) o Capitanata. Está formada por 61 municipios que acogen a la cuarta parte de la población total de Puglia. Su capital es la ciudad homónima de Foggia y a su territorio también pertenecen las pequeñas islas Tremiti.
Geográficamente Foggia se divide en tres comarcas diferenciadas: al norte se encuentra el Promontorio de Gargano que ocupa aproximadamente la cuarta parte de la extensión total de la provincia y su costa y que se adentra en el Adriático . En el interior se pueden distinguir el Tavoliere dei Puglie, una amplia llanura muy fértil para el cultivo sobre todo de cereales y los Montes Dauno, que son en realidad estribaciones de los Apeninos más meridionales y en los que los valles y colinas tapizadas de bosques son sus protagonistas. Tanto estos como la zona del Gargano son parques naturales en los que se puede disfrutar de la fauna, la flora y los paisajes. En el caso del Gargano que incluye las islas Tremini también se puede admirar la riqueza de su fondo marino así como practicar todo tipo de deportes relacionados con el mar y observar las abundantes colonias de aves marinas que allí tienen su hábitat.
A lo largo de su geografía numerosos pueblos y pequeñas ciudades encierran la historia y el arte en sus castillos y monumentos y las tradiciones gastronómicas que sin duda completan el recuerdo de un viaje inolvidable.

 

FOGGIA es la capital de la provincia y está situada en el centro de su territorio en medio de la gran llanura del Tavoliere. En la actualidad es una ciudad de fisonomía moderna ya que en su pasado ha sufrido la devastación por dos veces, la primera por un terrible terremoto en el siglo XVIII y la segunda vez por ser bombardeada en la Segunda Guerra Mundial. Su posición geográfica la convierten en un estratégico centro de comunicaciones, industria y comercio (principalmente de trigo, no hay que olvidar que esta es una de las zonas de mayor producción de Italia). Su nombre, Foggia, seguramente deriva del latín fóvea/pozo en relación a los depósitos que desde la antigüedad se construían en la ciudad para almacenar el trigo.
Sus monumentos más representativos son la catedral dedicada a la Madonna dei Sette Veli, levantada en 1170 y reconstruida tras el terremoto que la destruyó en parte. En su interior se conserva una estatua bizantina de la Virgen que según la leyenda fue encontrada por un pastor en un pantano cercano. El monumento a Umberto Menotti Maria Giordano, compositor nacido en la ciudad y autor entre otras de la famosa ópera “Andrea Chénier”. Y para acabar la iglesia del Calvario del siglo XVII y el Palazzo Arpi que se levanta sobre otro del siglo XIII y que fue residencia del emperador Federico II. En la actualidad alberga el Museo Municipal.

MANFREDONIA

Situada en la costa, su fundación se remonta a los pobladores griegos que llegaron dirigidos por Diomedes y establecieron en este lugar la colonia de Sipontum. En el año 335 a.C. fue reconquistada por Alejandro de Epiro, tío de Alejandro Magno, ya que había sido ocupada por tribus samnitas. En el 189 a.C. quedó bajo el dominio romano y su población reconocida como ciudadanos de Roma. Su puerto era un punto muy importante para las comunicaciones en esta zona del sur de la península itálica. Con el paso de la historia sufrió ataques y ocupaciones de eslavos, sarracenos, normandos y bizantinos. Tras un fuerte terremoto en el año 1223, que alteró la orografía del terreno, la población fue abandonando la ciudad ya que se formaron lagunas insalubres que eran un peligro para la salud. Se comenzó entonces, entre 1256 y 1263, la construcción de una nueva ciudad, la Manfredonia actual, a instancias del rey Manfredo de Sicilia unos pocos kilómetros al norte de la abandonada Sipontum. En 1620 sufrió un ataque de los turcos otomanos que destruyó parte de sus monumentos pero se salvaron el castillo y parte de las murallas.
Actualmente hay que visitar la parte del castillo y las murallas que fueron reconstruidas y ampliadas en el siglo XV, la basílica de Santa Maria Maggiore di Siponto de estilo románico del siglo XII con su cúpula y cripta, la Abadía de San Leonardo en Lama Volara de la orden de los caballeros teutones del siglo XI, la catedral de San Lorenzo Maiorano, obispo de Siponto en la que se guardan valiosas obras de arte, la iglesia de San Benedicto entre otros monumentos.
En el castillo se ubica el Museo Nacional con interesantes colecciones de arqueología entre las que se conservan las “stele daunie”, estelas funerarias de los siglos VIII al VII a.C. y piezas correspondientes al periodo neolítico.
En los alrededores de Manfredonia no hay que dejar de conocer la espectacular Gruta Scaloria y el lago Salso así como el Parque Arqueológico de Siponto que abarca desde el neolítico y la Edad del Bronce hasta la época romana.

 

LUCERA

En el interior de la provincia  y en la llanura del Tavoliere se hallan una serie de pueblos históricos que muestran claramente el importante papel que la provincia, la antigua Daunia, jugó en la historia. Empezaremos por Lucera, antigua ciudad histórica que bajo el dominio de Roma vivió su máximo apogeo aunque su origen data del neolítico. Sus primeros pobladores fueron los daunios, pueblo prerromano que estableció en Lucera la capital de su territorio. En su origen se llamaba Daunia pero más tarde su nombre cambió. Existen varias teorías sobre la etimología de Lucera. Una de ellas afirma que viene de Lucio, uno de los reyes daunios que la gobernaron, también puede derivar del templo que existió dedicado a la diosa Lux Cereris o bien seria un nombre etrusco ya que cabe la posibilidad de que este pueblo tuviera algo que ver en la fundación de la ciudad. En este caso Lucera significaría “bosque sagrado” (del etrusco luc/madera y eri/sagrado). Durante las guerras entre romanos y samnitas, Lucera siempre fue aliada de Roma sufriendo en alguna ocasión los ataques de sus enemigos. Roma recompenso a la ciudad mandando nuevos colonos para fortalecerla y dotándola de edificios y monumentos. Tras la caída del Imperio Romano comienza el declive que se prolonga durante siglos sufriendo sucesivamente los ataques y conquista de lombardos, bizantinos y sarracenos. Estos últimos se establecieron en Lucera hasta el año 1300 en que fueron expulsados por fuerzas cristianas. Muchos de ellos huyeron a lo que hoy en día es Albania. Las mezquitas se transformaron en iglesias.
En la actualidad se pueden visitar en sus calles interesantes monumentos. De época romana se conserva el Anfiteatro, de grandes dimensiones, en el que se pueden ver las distintas dependencias que lo conformaban como galerías subterráneas para los animales, puertas de entrada, columnas etc. Otro monumento reseñable es la Fortaleza, mandada construir por el emperador Federico II en el siglo XII y reforzada por una muralla con sus torres y foso posteriormente. La catedral de Santa Maria Assunta está en una gran plaza y en el Palacio de Nicastri-Cavalli, siglo XVII, se ubica el Museo Cívico de la ciudad con importantes colecciones arqueológicas. 

PENINSULA Y PARQUE NATURAL DEL GARGANO

El promontorio del Gargano y el territorio que lo rodea constituyen sin lugar a dudas uno de los principales atractivos de la provincia de Foggia. Por su forma, que se adentra en el Adriático, se le llama familiarmente “el espolón de Italia”. Su alto valor natural por la biodiversidad de la flora y fauna que alberga, lo han convertido en Parque Nacional. En él se incluyen también las cercanas islas de Tremiti, que son reserva marina, la masa boscosa que ocupa el interior de la península, conocida como “Foresta Umbra” y los lagos costeros de Varano y Lisina. La costa es bellísima con sus aguas cristalinas que bañan las pequeñas calas y ensenadas entre las que se intercalan grutas y vegetación exuberante. Existe la posibilidad de tomar alguna de las barcas que hacen excursiones para acceder a los lugares que por tierra son inaccesibles. En el interior son muchas las rutas de senderismo que permiten apreciar la gran diversidad de la zona.
A lo largo de la costa se pueden aún encontrar algunos “trabucchi”, curiosos aparejos para la pesca, construidos en madera, que se adentran en el mar para facilitar la labor de los pescadores y restos de torres vigía, construidas en su mayoría en el siglo XVI para controlar los ataques de los piratas que infectaban el Mediterráneo.
Son varias las localidades que van pespunteando el litoral del Gargano y que muestran al viajero su peculiar fisonomía. Internándonos por el sur de la península se encuentra en primer lugar Mattinata, rodeada de olivos y almendros con su blanco caserío encaramándose en las colinas sobre las que se asienta y dominando una playa que ha merecido la bandera azul por la calidad de sus aguas. Si seguimos bordeando la costa se pasa por la acantilada bahía delle Zagare para llegar al agradable pueblo veraniego de Pugnochiuso. Siguiendo la línea de la costa hacia el norte, sobre un promontorio rocoso y rodeado de playas de arena blanca se haya Vieste, el mayor centro turístico de esta zona que aúna la belleza de su litoral con un bonito casco antiguo, con calles flanqueadas por casas blancas y arcos. Un importante pasado histórico esta patente en la catedral románica ya que la ciudad fue sede episcopal entre los siglos X y XIX. Otros monumentos significativos de Vieste son su castillo y el “Pizzomunno” un monolito de 25 mts de altura que preside la entrada a la playa del Castillo. Cercanas a la ciudad están las grutas marinas de Sfondata y Esmeralda en el tramo en que la costa se vuelve acantilada.
A continuación tras atravesar por la bahía de Manacore se llega al pueblo de Peschici que desde la altura domina las aguas azules encerrado en sus murallas. Destaca por la peculiar arquitectura de sus casas ya que los tejados tienen forma redondeada. La siguiente localidad es Rodi Gargánico, con sus playas, sus cultivos de cítricos y una espectacular vista sobre las islitas Tremini. Desde allí, tomando el camino hacia el interior se encuentran dos agradables pueblos, primero esta Ischitella, famoso por su excelente aceite y desde la que se puede contemplar el gran lago de Varano y después Vico del Gargano en el que se producen fundamentalmente cítricos. Muy cercana esta la Foresta Umbra donde se organizan interesantes excursiones de senderismo.

 

 

 

 

 

 

 

ISLAS TREMITI

Parte esencial del parque nacional es este pequeño archipiélago, un paraíso diminuto muy apreciado por los submarinistas debido a la riqueza de sus fondos marinos en los que abundan las grutas.

El archipiélago está formado por tres islas principales, San Domino, la más grande y cuya costa es especialmente abrupta y plagada de fascinantes grutas, San Nicola con unas espectaculares puestas de sol en las que el horizonte se tiñe de rosa y Capraia, la más salvaje y peligrosa para las inmersiones, solo reservadas a los más avezados submarinistas y dos más pequeñas, Cretaccio y Pianosa.

Tan espectacular es su reducido tamaño que se escogieron para ser el escenario en que se rodó la famosa y mítica película “Los cañones de Navarone”, concretamente en la isla de San Dominio en el año 1961, protagonizada por Gregory Peck, David Niven y Anthony Quinn.

 

 

RUTA DE LA FE

En la provincia de Foggia existen tres enclaves religiosos que constituyen referentes históricos de la Edad Media cuando los peregrinos partían hacia su destino en Tierra Santa para visitar los Santos Lugares en Jerusalén. Muchos de ellos se embarcaban en los puertos de la costa de Apulia por ser los más cercanos a su objetivo. Pero antes pasaban por distintos monasterios o enclaves religiosos para orar y preparar su alma.

Al Sur del Gargano están dos de ellos, San Marco in Lamis y Monte Sant Ángelo que pertenecían a la llamada Vía Sacra de los Longobardos (o Lombardos) la cual formaba el tramo más meridional de la Vía Francígena, una de las principales rutas de peregrinación europeas de la edad Media junto con la de Santiago de Compostela con la que se enlazaba y que unía las principales ciudades del corazón de Europa con Roma. Una vez en la Ciudad Eterna algunos peregrinos que querían continuar a Tierra Santa partían por ella hacia el sur para embarcarse hacia su destino.

En San Marco in Lamis hacían una de sus últimas paradas para orar y reposar. Esta localidad está dominada por el convento-santuario-hospicio de San Mateo que se construyo en la ladera del monte Celano. Las primeras construcciones bajo el dominio de los lombardos en el siglo VI, fueron originalmente dedicadas a San Juan Bautista, mas tarde a San Giovanni Lamis y finalmente a San Mateo cuando se convirtió en un importante centro benedictino (siglos X al XI). En su interior guarda como reliquia un dedo de San Mateo y en la actualidad alberga una importante biblioteca y centro de estudios.

Monte S. Angelo – Santuario di San Michele Arcangelo

Monte San Ángelo era el último punto en el que los peregrinos oraban antes de embarcarse hacia Tierra Santa y el más importante centro religioso de la zona debido a su situación privilegiada. Domina el golfo de Manfredonia y la llanura del Tavoliere. Es un importante centro religioso dedicado a San Miguel Arcángel cuyo culto se remonta antes del siglo VI. Es en este lugar en el que la tradición sitúa las apariciones del santo en una gruta. En el año 568 los lombardos establecieron aquí uno de sus centros de poder e impulsaron el culto al santo. Sobre el primitivo altar de San Miguel construido en la gruta de las apariciones se fueron añadiendo sucesivas construcciones hasta llegar al santuario del siglo XIII que hoy en día se visita. También son interesantes el castillo, la iglesia de Santa Maria Maggiore, la tumbe de Rothari del siglo XII y la Abadía de Pulsano las afueras de la ciudad.

Entre estos dos interesantes lugares, a 20 km de Monte Sant Angelo, existe otro centro religioso de gran relevancia, San Giovanni Rotondo. Esta situado a 567 mts sobre el nivel del mar por lo que su blanco caserío conserva el aspecto de pueblo de montaña. Su origen se remonta a una primera colonia griega que posteriormente se romanizó hacia el siglo IV a.C.

En esta época se erigió un templo dedicado a Apolo por cuya forma circular se llamo la Rotonda. Tras la cristianización de la zona, sobre este templo se construyó una iglesia dedicada a San Juan Bautista. Durante la Edad Media el pueblo se fortifico con murallas y torres lo que le dio el aspecto de un castillo. Desde entonces comenzó a acoger peregrinos que hacían aquí su última parada antes de embarcar hacia Jerusalén. Hoy en día, además, acoge la veneración de la que es objeto el Padre Pío de Pietrecina (1887 – 1968), sacerdote canonizado que dedico su vida a los pobres y cuyos restos se conservan en la iglesia – convento capuchino de Santa Maria de las Gracias.

 

 

BARLETTA-ANDRIA-TRANI

Esta provincia es una de las más jóvenes de Italia ya que se constituyó como tal en el año 2004 a partir de la unión de 10 municipios de las provincias limítrofes de Bari (7 municipios) y Foggia (3 municipios). La capitalidad de la provincia se la reparten las tres poblaciones principales: BARLETTA, ANDRIA y TRANI. Sus límites quedan entre Foggia al norte, Bari al sur, Potenza al oeste y el mar Adriático al este.

Este pequeño territorio está lleno de arte e historia y en su litoral los centros turísticos marítimos y balnearios como Trani y Bisceglie, son un gran atractivo para sus visitantes.

A través de su geografía se pueden admirar interesantes y variados lugares, desde el Parque Nacional Alto Murge que comparte con la vecina provincia de Bari hasta el sorprendente Castel del Monte en Andria, emblema de toda la provincia, pasando por el “Coloso” de Baretta o el recinto arqueológico de Trinitapoli.

 

 

 

BARLETTA

Es una de las ciudades de la provincia que se reparten las tareas administrativas y de gobierno, situada en el valle del río Ofanto y al borde del Adriático. Sus calles aun conservan reminiscencias de su pasado del que hay que destacar el famoso episodio conocido como el “Desafío de Barletta”, ocurrido en 1503 en el marco de las Guerras de Nápoles, en el que 13 caballeros italianos desafiaron a otros tantos franceses que les habían insultado acusándoles de traición. Finalmente los italianos vencieron en buena lid. En el siglo XIX, con el “Resurgimiento” que desembocaría en la unificación del Reino de Italia, el escritor turinés Massimo D Azeglio basó su novela “Ettore Fieramosca o el desafío de Barletta” en aquel hecho con el fin de ensalzar el espíritu patriota de los italianos. Hoy en día se sigue conmemorando aquel 13 de febrero de 1503, con distintas celebraciones entre las que destaca la recreación de la contienda.

Entre los monumentos más representativos de la ciudad destaca sin duda el “Coloso”, una estatua en bronce del siglo IV d.C. de dimensiones grandiosas (más de 5 mts de altura) que se cree puede representar al emperador Teodosio II o bien a Honorio. Fue encontrada en la costa, en el transcurso de unas excavaciones ordenadas por el emperador Federico II de Rávena, tras el naufragio de una nave veneciana que regresaba del saqueo de la ciudad de Constantinopla en 1204, durante la cuarta cruzada. No se encontró en una pieza sino que había sido separada en varias partes, faltando las piernas que habían sido fundidas para convertirlas en campanas. El resultado de la reconstrucción fue imponente, un gigantesco hombre barbado y tocado con la diadema imperial sosteniendo un orbe en la mano.

Otros edificios importantes de Barletta son el castillo de los siglos X al XII que hoy en día alberga el Museo Cívico, la iglesia de Santa Maria la Maggiore con basamentos románicos y la del Santo Sepulcro construida en distintos estilos.
En las afueras hay que visitar el recinto arqueológico correspondiente a la ciudad romana de Cannae o Cannas, donde tuvo lugar la célebre batalla de Cannas en la que se enfrentaron durante la Segunda Guerra Púnica, Aníbal y Roma, venciendo el general cartaginés.
A pocos kilómetros, por la costa y hacia el noroeste, se llega a las Salinas de Barletta, donde se puede aprender sobre el proceso de extracción de la sal en el museo dedicado a este tema que se encuentra en la Torre de Salinas, una construcción de 12 mts de altura levantada para la defensa de la costa. Junto a las salinas esta la ciudad costera de Marguerita di Savoia que se llamo así en honor a la reina italiana que vivió en este lugar una apasionante historia de amor. Actualmente son famosas las termas a las que acude la gente en busca de curación para distintas dolencias por las cualidades curativas de sus aguas ricas en sales y por las aguas cristalinas del litoral. Muy cerca se puede visitar el recinto arqueológico de Trinitapoli, donde se encontró una antigua ciudad daunia del siglo X a.C. llamada Salapia.

 

CANOSA DI PUGLIA

Ciudad histórica situada en el valle del río Ofanto que ha sabido conservar el pasado en sus calles, sus monumentos y los importantes recintos arqueológicos cercanos. Por todo ello es uno de los destinos preferidos en la región de Puglia.
Los primeros asentamientos humanos que tuvieron lugar en esta fértil zona, pertenecen al neolítico y están datados entre el 6000 y 3000 a.C. Durante la Edad de Bronce se incrementa la presencia humana y hacia el 1200 a.C. toda la zona estaba poblada por el pueblo de los yápigos y los daunios. Se ha descubierto un poblado establecido entre los siglos VIII y VII a.C. en el valle del Ofanto.

Según la leyenda fue el héroe griego Diomedes quien fundó Canosa. Lo cierto es que pronto esta ciudad se convirtió, bajo la influencia griega, en la más importante de la región y en el siglo IV a.C. funcionaba como una ciudad-estado. Con la expansión de Roma quedó en el año 318 a.C. bajo su órbita y en el año 88 a.C. se convirtió en municipio romano quedando bien comunicada con la metrópoli por la Vía Trajana. A partir del siglo III d.C. es la capital de toda la región de Apulia y Calabria siendo sede de la diócesis más importante. Con los siglos venideros los longobardos se establecieron en ella, los sarracenos la atacaron y saquearon varias veces y los normandos le devolvieron su esplendor durante los siglos IX y X pero a partir del XI comenzó su declive y pasó a depender de distintos señores feudales.

Entre los principales monumentos que cuentan el pasado de Canosa esta la Basílica di San Sabino, construida por los lombardos entre los siglos VII y VIII bajo la advocación de San Juan y San Pablo, pasó en el año 1101 a dedicarse a San Sabino para albergar sus reliquias recién encontradas. Adosado a un lateral de la catedral está el curioso Mausoleo de Bohemundo, príncipe de Tarento que murió en el año 1111. Muy interesante es la basílica paleocristiana de San Leucio, magnífico ejemplo de las primeras construcciones cristianas de la región que se levantó sobre un antiguo templo pagano, dedicado a Minerva, del siglo II y que entre los siglos IV y V se transformó en iglesia. Conserva mosaicos originales con motivos geométricos. El conjunto de los restos que se conservan dan muestra de la gran construcción que fue. Otro monumento paleocristiano digno de mención son las ruinas de la Basílica de San Giovanni cuya planta de cruz griega tiene cada uno de los brazos orientado a un punto cardinal. En el Castillo de Canosa, que en realidad son los restos de la antigua acrópolis prerromana quedan tres torres de las antiguas fortificaciones que han sido reforzadas en distintos momentos de la historia de la ciudad. En la ladera sur quedan los restos de un anfiteatro romano. También de época romana es el Templo de Júpiter Taurus, rodeado de columnas y el puente sobre el rio Ofanto y sobre el que pasaba la Vía Trajana.
Muy interesantes son las catacumbas e hipogeos cavados en la roca que desde tiempos remotos han servido como tumbas y recintos destinados a los cultos funerarios. Parte de ellos han sido escavados y se pueden visitar pero aún quedan muchos por estudiar. Los ajuares y piezas encontradas en ellos se pueden admirar en el Museo Cívico de la ciudad donde se conservan numerosas colecciones arqueológicas del pasado de Canosa di Puglia.

TRANI

Ciudad costera y puerto del Adriático desde la Edad Media que atesora una fecunda historia que ha dejado un patrimonio digno de conocerse. La tierra que la rodea produce un excelente vino llamado Moscato de Trani pero también aceite de oliva, almendras, trigo, higos etc. Por todo esto, en la actualidad, Trani se ha convertido en un importante centro turístico de la región con sus excelentes playas y jardines a lo largo del borde del mar.

Su origen como ciudad es romano, era la antigua Turenum, que en la Edad Media fue ocupada por lombardos y bizantinos. Su máximo apogeo corresponde al siglo XI cuando se convirtió en obispado sustituyendo a la ciudad de Canosa que había sido destruida por un ataque de los sarracenos. Desde este momento la importancia de Trani no hizo más que crecer hasta convertirse en uno de los puertos del Adriático desde donde partían los cruzados en su aventura hacia Tierra Santa. En esta época se emitió el más antiguo código marítimo medieval que se conoce: el “Ordinamenta Maris”. Muchas familias nobles de otras regiones se asentaron en Trani atraídas por el pujante comercio e influencia política de la ciudad, la cual llego a tener embajadores en Venecia y otras importantes ciudades del norte de Europa. En el siglo XII la comunidad judía de Trani era la mayor del sur de Italia. En el siglo XIII el emperador Federico II mandó construir una gran fortaleza. Entre los siglos XIV y XVI, con el dominio de la casa de Anjou y el de los aragoneses la ciudad decayó y la comunidad judía fue expulsada. Hasta las invasiones napoleónicas Trani mantuvo la capitalidad de la región hasta que el mariscal francés Murat se la dio a Bari.

Hoy en día vemos ese pasado en los monumentos de sus calles, como la Catedral de San Nicolás Peregrino, construida en el peculiar estilo románico de Puglia tan influenciado por las corrientes orientales, al que el paso del tiempo ha añadido otros estilos formando un todo elegante y único. Su portada presenta un fino trabajo en la piedra, completado con una magnifica puerta de bronce que representa en sus cuarterones distintos personajes bíblicos, su autor fue Barisano de Trani en 1175. Su campanario de casi 60 mts de altura destaca por la decoración de sus ventanas y el remate superior octogonal. Su cripta se mantiene como en su origen. Otros monumentos y lugares de interés son la judería por el trazado de sus calles, la iglesia de Ognissanti que fue capilla de los caballeros templarios y el Palazzo Caccetta, renacentista pero construido en estilo gótico tardío, que fue residencia de los Dogos de Venecia.

BISCEGLIE

Al sur de Trani, es una ciudad costera, dotada de numerosos vestigios de un notable y remoto pasado, de palacios e iglesias que hoy en día no dejan de sorprender al visitante. Actualmente la ciudad que durante siglos se mantuvo dentro de las murallas normandas, se ha extendido hacia afuera convirtiéndose en un próspero centro comercial y agrícola. Almendros y olivos marcan su paisaje y su costa la forman una sucesión de promontorios, playas arenosas, aguas cristalinas y grutas que le imprimen un carácter único y que se puede admirar en las bahías de Pantano-Ripalta donde están Cala Rossa (roja, por la presencia de arcilla roja) y Cala Pantano.
De sus origenes prehistóricos quedan vestigios como los encontrados en las grutas de Santa Croce, Zembre, Briganti y Ripalta, estas tres últimas solo accesibles desde el mar. Los dólmenes son otro de los testimonios de los primeros pobladores de la Edad del Bronce, hacia el 3000 a.C., como el Dolmen della Chianca, posiblemente una sepultura megalítica, considerado el mayor de Europa. El nombre de Bisceglie seguramente deriva de la palabra latina “vigiliae” con que los romanos denominaban los puestos militares rodeados de muros y torres a lo largo de la Vía Trajana o bien de “vescellae” que significa zona de bosques. Esta última acepción puede estar relacionada con los pueblos prerromanos que la habitaban y que adoraban a sus dioses en la forma de roble sagrado.
En el siglo XI los normandos hicieron de Bisceglie una ciudad fortificada cuya torre de vigilancia llamada Torre Maestra sobresalía por su altura y alertaba de los ataques de los sarracenos a toda la zona circundante. Tuvo su propio obispo y en los siguientes siglos se convirtió en una floreciente ciudad gracias a su puerto. En el año 1499 la ciudad formo parte de la dote de Lucrecia Borgia en su boda con Alfonso de Aragón. Cuando el esposo murió así como el hijo de ambos, sin herederos, pasó de nuevo a la corona y posteriormente adquirió cierta autonomía.

La ciudad antigua ofrece monumentos como la Catedral de San Pedro, construida sobre una iglesia anterior, en el siglo XII para guardar las reliquias de los santos mártires Mauro, Sergio y Pantaleón, que murieron en el año 117 y cuyos cuerpos aparecieron en 1167 en la localidad de Sagina. Otro monumento significativo de la ciudad es sin duda el conjunto del Castillo y la Torre Maestra, ambos de la época de los normandos que incluye la pequeña iglesia de San Giovanni in Castro. Además de la iglesia de Santa Margherita de 1197, en estilo románico apulense de una sola nave. Otra interesante iglesia es la de San Adoeno, una de las más antiguas de Puglia, construida según la tradición por los propios soldados normandos en el año 1074, fue remodelada en el periodo barroco pero conserva en la fachada esculturas representando a los cuatro evangelistas en forma de león, toro, águila y hombre así como una pila bautismal que reproduce los motivos de la fachada. Por último la iglesia de San Luigi donde está enterrado Luis de Anjou, hermano del rey de Francia que murió tras una batalla en 1384. El interior tiene una hermosa decoración.

 

ANDRIA Y CASTEL DEL MONTE

La ciudad de Andria es una de las tres que comparten las tareas administrativas de la provincia. Es un importante centro agrícola y comercial de la región, entre sus cultivos principales están los olivos, la vid y los almendro. Las primeras menciones históricas de Andria datan del año 915, y se habla de ella como un caserío que en 1046 recibirá la categoría de ciudad. En su azarosa historia pasó por las manos de los normandos en el siglo XI, en el siglo XIII nació en ella Conrado, hijo del emperador Federico II de Hohenstaufen y dos de sus esposas están allí enterradas, fue ducado y en el siglo XV cobró gran importancia por haberse encontrado el cuerpo de San Ricardo. Los monumentos más representativos de Andria son su Catedral, del siglo XII sobre una cripta del siglo IX. El Palazzo Ducale, la Porta Sant Andrea y a las afueras de la ciudad la Iglesia de Santa Maria dei Miracoli.

Andria está situada en el interior de la provincia, en el límite del Parque Nacional Alta Murgia, formado por tierras no demasiado altas de origen kárstico en las que abunda la roca caliza así como las formaciones propias de los territorios con esta morfología, las grutas, cuevas, dolinas etc. Y una vegetación en la que abunda el sotobosque, los musgos y líquenes.
El parque estuvo poblado desde épocas muy remotas como lo atestiguan los restos de un homínido de 300.000 años encontrados en la cueva de Lamalunga, el llamado Hombre de Altamura. A lo largo del territorio que abarca el parque se establecieron, ya en épocas históricas, asentamientos agrícolas que durante siglos han abastecido a las poblaciones circundantes, algunos de ellos incluso fueron fortificados para mantenerlos a salvo de los posibles atacantes.

Una de estas fortificaciones, que ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad desde 1996, es el Castel del Monte, impresionante fortaleza medieval cuya original concepción octogonal le otorgan una personalidad única. Dista tan sólo 18 km de Andria y fue mandada construir por el emperador Federico II entre los años 1240 y 1250, sobre el antiguo monasterio de Santa Maria del Monte. Federico II lo utilizaba a menudo como pabellón de caza y como residencia ya que era una de sus posesiones más preciadas.

La estructura del castillo está basada en el número 8 lo que le confiere un carácter mágico y misterioso que se ha estudiado intensamente. Se ha llegado a afirmar que es una recreación de la pirámide de Guiza ya que las dimensiones de ambos edificios coinciden extrañamente (se dice que en el interior del castillo se han hallado planos de dicha pirámide) y que para su construcción se han seguido cálculos relacionados con la numerología, cosmogonía y astrología. De hecho la planta del castillo, situado en un alto, es octogonal, en cada uno de los 8 vértices hay otras tantas torres octogonales también. En el interior el espacio se reparte en 8 estancias tanto en la planta baja como en el primer piso.
El conjunto es una auténtica obra maestra de la arquitectura medieval que puede representar la corona con la que Federico II fue nombrado emperador o recrear la Capilla Palatina de Aquisgrán en la que tuvo lugar el solemne acto. La entrada, orientada al oeste, es un compendio de estilos en el que se mezclan el arte islámico del arco apuntado con los capiteles góticos y las columnas románicas. Aunque la fortaleza no requería grandes sistemas defensivos ya que toda la región estaba bajo el dominio de Federico II, la entrada tenía un mecanismo para hacer bajar una gran reja. En el interior, los pasillos están diseñados de manera que contribuyen a la seguridad del recinto creando un autentico laberinto. A pesar de ello se cree que Castel del Monte fue más un edificio representativo del poder de Federico II que un baluarte defensivo ya que carece de foso y puente levadizo, elementos imprescindibles en las fortalezas de aquella época.

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