MARCHE: Ancona, Pesaro, Urbino, Macerata

Es una tierra privilegiada en la que se mezcla el suave y ondulado paisaje con las estribaciones de los Apeninos. Con un clima que permite el esquí en invierno y disfrutar del mar en la época más cálida. En su costa se alternan los acantilados con playas arenosas y mágicas grutas. Y la historia, el arte y la tradición en cada rincón de sus cinco provincias, de norte a sur: PESARO E URBINO, ANCONA, MACERATA, FERMO y ASCOLI PICENO.

GEOGRAFIA Y NATURALEZA

La región italiana de Las Marcas (o Le Marche en italiano) está situada en el centro de Italia, se extiende desde los montes Apeninos de la vecina Umbría hasta el mar Adriático. La geografía de esta región la conforman paisajes en los que el relieve se va suavizando poco a poco, las montañas se van transformando en suaves colinas hasta llegar a la zona costera, que es algo más llana pero no muy ancha. De hecho en algunos tramos el litoral se eleva como en la ciudad de Ancona cuyo puerto está naturalmente protegido por el Monte Conero y en las inmediaciones de Grottammare.

Son características de la región de Marche las gargantas y barrancos excavados por los ríos (cortos y torrenciales) que nacen en los Apeninos y desembocan en el Adriático, buenos ejemplos son las gargantas de Furlo y Gola de la Rosa. Las formaciones kársticas son frecuentes y llamativas como en las cuevas de Frassasi, espléndido ejemplo espeleológico muy apreciado por visitantes de todo el mundo.

La naturaleza de la región de Marche es uno de sus tesoros más valiosos por lo que es el destino ideal para los amantes del senderismo y la montaña. Existen numerosos parques protegidos entre los que destacan el de los Montes Sibilinos y el de los Montes Laga, este último cuyo nombre completo es PARQUE NACIONAL DEL GRAN SASSO Y MONTI LAGA, es una muestra excelente de la simbiosis del hombre y la naturaleza. Los caballos y los rebaños de vacas y ovejas pastan en las suaves laderas y por la noche son guardados en los “stazzi”, pequeños establos que salpican el paisaje, para protegerlos del clima. En las alturas son las gamuzas las que reinan.

En Marche se pueden practicar todo tipo de deportes relacionados con la naturaleza así como el avistamientos de aves (águila real, halcón peregrino, búho real…), paseos a caballo, excursiones en canoa y bicicleta etc.

El esquí se puede practicar en nueve estaciones y en las especialidades de esquí alpino, de fondo y el snowboard.

HISTORIA

Los primeros habitantes de Las Marcas fueron los picenos, pueblo itálico que se instaló en esta zona alrededor del milenio I a. C. en la Edad de Hierro, fundando importantes poblaciones como Novilara (cerca de Pésaro), Ancona y Belmonte Piceno. En el siglo IV a.C. sufrieron la invasión de los galos senones que se asentaron en la provincia del Piceno. En el mismo siglo llegaron también los griegos procedentes de Siracusa que fundaron en Ancona su colonia comercial más septentrional en la península itálica.

Pronto pasó a formar parte del Imperio Romano y se denominó Picenum, en latín tierra de los picenos. Dos importantes calzadas la comunicaban convenientemente con Roma, la vía Flaminia que llegaba hasta la ciudad de Fano, en la costa y la vía Salaria hasta Porto d´Ascoli. Durante el periodo imperial la importancia de esta región era muy considerable ya que el puerto de Ancona era el que canalizaba mayoritariamente el comercio desde Roma hacia el Oriente de tal manera que se le llamaba “accesum Italiae” (entrada de Italia).

Tras la caída del Imperio romano de Occidente, como el resto de Italia, paso a formar parte del reino de Odoacro. Durante un periodo de tiempo dependió alternativamente de los godos y del Imperio romano de Oriente hasta que a finales del siglo VIII el Piceno fue conquistado por Carlomagno y paso a formar parte del Sacro Imperio Romano Germánico, siendo denominada la región con el nombre que ha llegado a nuestros días, Las Marcas en referencia al término que definían las regiones limítrofes y más lejanas del Imperio de Carlomagno.

Durante la Edad Media este territorio como otros de la península itálica fue el tablero de ajedrez de la pugna entre las diferentes potencias que rivalizaban por hacerse con la hegemonía de todos los territorios. Teóricamente Las Marcas pertenecían a los Estados Papales pero en realidad el territorio se dividía entre distintas comunas libres (las más importantes eran Pesaro, Fano, Ancona, Iesi, Fermo y Ascoli Piceno), que actuaban de manera bastante independiente de los poderes principales en ese momento, la República de Venecia y el emperador Federico Barbaroja.

Más tarde, en el siglo XIV hubo un intento por parte del Papa Clemente VI cuya sede estaba en Aviñón de restaurar el poder del Papado en Italia y controlar Roma de nuevo. Para ello diseñó una campaña militar y política dirigida por el cardenal español Gil de Antuñano para someter entre otras la región de Las Marcas. Este intento no fue muy duradero.

Fue en el siglo XVII cuando definitivamente Las Marcas perdieron la independencia y pasaron a pertenecer a los Estados Papales. Posteriormente con la unificación de Italia en el siglo XIX esta región queda anexionada al nuevo reino con el nombre definitivo de Marche.

PESARO E URBINO

La primera provincia de la región de Marche empezando de norte a sur es Pesaro e Urbino. La geografía de esta tierra formada sobre todo por colinas, es variada. El paisaje montañoso que comienza en los Apeninos, se la conoce como “Ribera de las Colinas”, se combina a la perfección con el litoral del mar Adriático. Sus pueblos y ciudades cumplen con creces las expectativas del viajero que encontrara belleza en sus paisajes e historia y tradición en los rincones de sus poblaciones.

En la costa, el verano está marcado por el disfrute del mar en las sucesivas playas cuyo ambiente es animado y muy agradable ya que esta aderezado por orquestas, mercadillos y ferias de gastronomía en las que por descontado destacan los buenos vinos. Son famosas las playas de Marotta, las del litoral que va desde Pésaro a Fano, ideal para las familias con niños, al norte Gabbica Mare es muy conocida por su atmosfera cosmopolita; cercanas a Pesaro abundan las calas tranquilas a los pies de las colinas de San Bartolo y Ardizio. La cuidada hotelería y la variedad de servicios e instalaciones para deportes náuticos avalan su fama.

Parte de la cultura de la provincia de Pesaro e Urbino son sin duda sus tradiciones y fiestas y su gastronomía. Entre las primeras destaca el “Palio del jabalí”, en el municipio de Mondavio, donde se recuerdan y recrean las andanzas de la familia Della Rovere en el desafío entre los tres barrios del municipio y el “Palio del Ganso” en la ciudad de Cagli en el que destacan los hermosos trajes renacentistas. También el carnaval de Fano es famoso por su antiguo origen, en el desfilan numerosas carrozas entre música, dulces y máscaras. En Gradara se recrean en el castillo escenas caballerescas medievales con damas y caballeros.

En cuanto a la gastronomía es sin duda un “plato fuerte” para el viajero que visita esta provincia; los tournedós Rossini de Pésaro, el marinero “brodetto”, el antiguo “vincisgrassi”, origen de la lasaña, cuyo nombre deriva del de un capitán del ejército austro-húngaro que durante las campañas contra Napoleón en esta zona, probo este plato de un cocinero local. El capitán en cuestión era el príncipe Windisch-Graetzy y de ahí derivó el nombre del plato.

Pésaro

Es la capital de la provincia de Pésaro e Urbino. Situada de cara al Adriático, en la desembocadura del valle Foglia, siempre cubierto de viñedos, huertos y álamos que se ha convertido en un importante centro turístico gracias a sus playas. Su rica historia a quedado plasmada en sus monumentos y además fue la ciudad natal del gran compositor Gioachino Rossini (1792 – 1868).
Por todo esto a Pésaro se la conoce también como “la ciudad de las 4 emes”, la primera hace referencia al Mar Adriático, la segunda a las montañas ya que la ciudad se encuentra custodiada por dos montes: San Bartolo que es parque natural y al sur la colina de Ardizio. La tercera M está dedicada a la música, de gran importancia para los “pesareses” y por fin la cuarta que hace referencia a la antigua tradición artesanal de la “mayólica” (azulejos esmaltados con reflejos metálicos).

El nombre de Pesaro procede del latín Pisaurum, nombre con el que denominaron los romano la colonia que fundaron en el año 184 a.C. sobre la anterior población de los picenos de la Edad del Hierro. Su esplendor corresponde al apogeo de la industria de la mayólica entre los siglos XIV y XVII. El gran Rafael dejó su impronta en el estilo de esta artesanía en el siglo XVI. En la ciudad se pueden visitar magníficos ejemplos de las fábricas del renacimiento.

Para visitar la ciudad de Pésaro hay que dedicar tiempo suficiente ya que es mucho lo que ofrece. Se puede comenzar desde la céntrica Piazza del Popolo donde se sitúa el Palacio Ducal, cuya imponente mole domina la plaza. Es un palacio del siglo XV con una galería porticada tras la que se alza la fachada almenada y salpicada de ventanas ricamente decoradas. Completa la plaza una bonita fuente con tritones y caballos marinos. Cerca están los Museos Cívicos que albergan por un lado la Pinacoteca con obras de Giovanni Bellini (entre ellas el famoso Retablo de Pésaro que representa la coronación de la Virgen, pintado en 1475), Vitale da Bologna y Guido Reni, y por otro lado el Museo de Cerámica. Otro museo interesante es el Museo Arqueológico y Biblioteca Oliveriani situados en el Palazzo Americi, mandado construir por Constanzo Sforza en 1474-1487 y que por el aspecto que le dan sus torres cilíndricas se conoce como “La Roca”.

Dado que en Pésaro nació Rossini, el gran compositor autor de obras como Guillermo Tell y el Barbero de Sevilla, es imprescindible visitar su casa natal. Este museo está dedicado a la vida y obra del gran compositor que tras años de éxito se retiro a los 37 años para disfrutar de su vida privada. Tanto el conservatorio como el teatro de la ciudad están dedicados a él y cada año organizan el internacional “Rossini Opera Festival” al que acuden los amantes de la música y la ópera.

URBINO

Esta merecidamente reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Su centro histórico, homogéneamente medieval, transportan sin remedio a otra época, las murallas que lo rodean mandadas construir por los Montefeltro en el siglo XVI, las casas de ladrillos de color rosado sobre dos colinas dominando un suave paisaje ondulado y además aquí nació el pintor Raffaello Sanzio, Rafael el Divino….
El poblado romano Urvinum Mataurense (que en latín significa pequeña ciudad sobre el rio Matauro) se transformo en una importante población en el siglo VI a raíz de las Guerras Góticas cuando fue tomada por los bizantinos. Hasta el año 1200 fue prácticamente independiente pero a partir de ese año cae bajo el dominio de la vecina Montefeltro.
Entre 1444 y 1482 goza de un periodo de gran prosperidad sobre todo en las artes y la literatura gracias a Federico de Montefeltro, señor de Urbino y gran mecenas. En 1502, César Borgia depuso al legitimo Duque de Urbino, Guidobaldo de Montefeltro para intentar hacerse con la ciudad que finalmente quedo en manos de los duques Della Rovere hasta que en 1626 paso a depender de los Estados Papales y por fin a partir de 1870 a formar parte del Reino de Italia. Urbino es ciudad universitaria desde 1506.
Quizás el edificio más emblemático de Urbino sea el Palacio Ducal, una obra maestra de equilibrio y gusto mandado construir por el duque Federico al arquitecto Luciano Laurana. La alta fachada oeste en la que se superponen varias galerías da a la ciudad antigua y es muy vistosa, mientras que la majestuosa fachada este es más austera. Las medidas armoniosas de este bello edificio se pueden apreciar especialmente en el patio renacentista. En la planta baja del palacio están el museo arqueológico, la biblioteca del duque y las bodegas.
Desde la gran escalera del palacio, al nivel del primer piso, se accede a la Galería Nacional de las Marcas, que alberga una de las colecciones de pintura más importantes del mundo. Obras como La Flagelación y la Virgen de Senigallia de Piero della Francesca, obras de Rafael, de Bramantino, de Tiziano etc.
Entre las iglesias más interesantes de Urbino están El Duomo (la catedral) reconstruida en estilo neoclásico tras el terremoto de 1789, la iglesia de San Giovanni Battista con frescos que evocan la vida del santo, el Oratorio de San Giuseppe con una gran estatua que lo representa, la iglesia de San Doménico situada frente al Palacio ducal.
Otros lugares para visitar son La Casa Natale di Raffaello que se encuentra en la calle del mismo nombre y la Fortezza dell´Albornoz hoy en día convertida en parque público.
Saliendo de Urbino encontramos otros lugares de interés como son las poblaciones de Urbania que conserva un hermoso Palacio Ducal, Sant Angelo in Vado y Mercantello sul Metauro. Tras pasar estos lugares se llega a la Abadía de Lamoli. Otra ruta nos lleva hasta los pueblos medievales de Fiorenzuola de Focara y Casteldimezzo, este último construido sobre el mar y amurallado.
Al norte de la ciudad de Pésaro en la costa, esta la ciudad medieval de Gradara cuyas señas de identidad son su fortaleza, la Rocca, de planta cuadrada y la muralla compuesta de torreones y almenas.
También en la costa y a 12 km al sur de Pésaro se llega a Fano, una ciudad costera junto a una larga playa de 20 km, que atesora una gran historia que comienza en el año 49 a.C. cuando Julio Cesar establece allí una colonia y Cesar Augusto manda construir una muralla para defenderla. De aquella época queda el testimonio del arco que aún se conserva. El nombre de la ciudad hace referencia al templo que allí se encontraba, dedicado a la diosa Fortunae. De la época medieval queda el Palacio de Malatesta, donde se ubica el Museo Cívico y una Pinacoteca. El carnaval que se celebra en esta ciudad es muy famoso y antiguo.
Saliendo de Fano y por la carretera que va a Urbino merece la pena hacer una parada en la Ermita de Fonte Avellana, cuya iglesia de estilo románico-gótico está situada en un bello paraje natural, tanto hermoso que Dante la menciona en su canto XXI del paraíso.

ANCONA

La provincia de Ancona es la segunda de norte a sur, situada entre las de Pesaro e Urbino y Macerata. Su paisaje, aunque variado, esta marcado sobre todo por suaves colinas, alternando extensiones de viñedos con cerros coronados por pueblos medievales que guardan la historia de la región. La costa también es variada, sucediéndose las playas de arena con algunas de guijarros. En algunos puntos este litoral se eleva hasta formar promontorios notables como el monte Conero cuyas laderas forman un parque regional en el que se protegen gran cantidad de especies de flora y en cuya costa se puede practicar el submarinismo. La parte norte del litoral de la provincia de Ancona se conoce como Playa de Terciopelo por la finura de su arena dorada, en esta parte destaca el centro balneario de Senigallia y la costa más meridional se caracteriza por las playas de guijarros y calas más salvajes como en la Ribera del Conero. En cualquiera de ellas se pueden practicar los deportes relacionados con el mar. En el interior de la provincia los viñedos se alternan con frutales y olivos repartidos en los distintos valles que la conforman. También en el interior se encuentra el parque natural Gola de la Rosa que acoge uno de los puntos naturales más interesantes de esta zona, el conjunto de las cuevas kársticas de Frasassi, que se prolongan hasta 18 km y algunas de las cuales estuvieron habitadas en la prehistoria. En ellas se organizan interesantes visitas espeleológicas conducidas por guías experimentados.
Y por supuesto esta el atractivo de sus fiestas tradicionales como la Regata del Conero en la Fiesta del Mar de Ancona o la fiesta con trasfondo histórico de Corinaldo, llamada “la Condesa del pozo de la Polenta” en la que se recuerda una victoria de la ciudad y en la que se realizan diferentes competiciones entre barrios y al ganador se le otorga el Palio.
Por último no hay que olvidarse de algo tan importante como la gastronomía. La provincia de Ancona sabe a bacalao y mejillones cocinados de manera peculiar, a “caldo a la anconitana” (un espeso caldo de al menos 13 especies diferentes de pescado) a “vincisgrassi”, especie de lasagna y por supuesto hay que probar los embutidos como el “ciavuscolo”, el “mezzafegato” y los diferentes quesos de la zona. Los vinos son también un capítulo importante entre los que destaca el “verdicchio” considerado uno de los mejores blancos y el “Tinto Conero” del que ya hablaba Plinio en sus escritos.

Ancona es la capital de la región de Marche y de la homónima provincia a la que pertenece. Está situada a 210 km al noreste de Roma y su población ronda los 103.000 habitantes.
Su razón de ser, desde su fundación en el siglo IV a.C. por parte de griegos procedentes de Siracusa, sobre el asentamiento original de los primeros pobladores, los picenos, es sin duda el puerto y el mar. Los “siracusanos” encontraron en este punto de la costa un abrigo natural que invitaba a establecer una colonia enfocada al comercio marítimo, de hecho el nombre de Ancona significa ángulo o codo (del griego ankón) en referencia a la forma y profundidad del puerto natural. No en vano se la conocía en la antigüedad como “la puerta de oriente”.
Actualmente Ancona está claramente dividida en dos zonas, la parte moderna y el casco antiguo que se extiende sobre las laderas del cerro del Guasco dominado por la mole de la catedral de San Ciriaco. Esta hermosa catedral fue consagrada en el año 1128 y acabada en 1189, se cree que se construyó sobre un templo del siglo VIII. Es románica y tiene planta de cruz griega aunque en la fachada se construyo un pórtico gótico posterior. De camino hacia el puerto se pueden encontrar monumentos de la época romana como el bello Arco de Trajano, considerado el mejor ejemplo en su género de toda la región. Fue erigido en mármol y decorado con motivos del mar. Cerca están los restos del Anfiteatro romano, cuyas dimensiones originales eran 97 x 100 m y que fue descubierto en 1972 tras derrumbarse el edificio que lo cubría parcialmente por el efecto de un terremoto.
Otros interesantes monumentos son el Lazareto, conocido como la Mole Vanvitelliana (su arquitecto fue Luigi Vanvitelli), fue construido en 1732, mide más de 20.000 m 2 y su finalidad era albergar a los afectados por enfermedades contagiosas y que estas enfermedades no se extendieran. Hoy en día se utiliza para diversas exposiciones y actos culturales.
En la Iglesia de Santo Domingo se puede admirar una crucifixión de Tiziano y la Anunciación de Guercino. Además están el Palacio de los Ancianos, sede de la universidad con una hermosa fachada barroca, el Palacio de Ferretti del siglo XVI que alberga el Museo Arqueológico de las Marcas. Muy interesante es también la Pinacoteca Municipal “Francesco Podesti” ubicada en el Palazzo Bosdari del siglo XVI y la Galería de arte Moderno. Son muchos edificios que evocan el pasado histórico y artístico de Ancona en cada calle y rincón.
A primeros de mayo la ciudad de Ancona celebra las fiestas de su patrón San Ciriaco con mercadillos, concursos de pintura, puestos de artesanos… son cuatro días para disfrutar del aire libre. Otras fechas señaladas son el festival “Ancona Jazz” que atrae a mucho amantes de este género de música.
La provincia de Ancona ofrece muchos lugares interesantes hacia los que encaminar nuestros pasos. Dirigiéndonos hacia el norte desde la ciudad de Ancona, Chiaravalle, cuya abadía, situada en la plaza central de la ciudad es muy conocida y visitada. También hacia el norte pero en la costa, la ciudad balneario de Senigallia, con la Roca Roveresca emplazada sobre antiguos cimientos romano y emblema de la ciudad. Desde Senigallia hacia el interior se sitúa Corinaldo donde nació la santa Maria Goretti y donde peregrinan muchos de sus devotos. Cerca de Corinaldo se pueden visitar dos bonitos pueblos, Ostra y Ostra Vetere.
También en el interior se encuentra la interesante ciudad de Jesi, fundada en su origen por los umbros poblada posteriormente por etruscos, galos y romanos que la llamaron Aesis. Esta ciudad gozó de gran prosperidad a comienzos del siglo XIII ya que en ella nació el futuro emperador Federico II. Conserva un casco antiguo medieval y renacentista rodeado de murallas que cuentan con puertas de acceso y atalayas. Son interesantes su Pinacoteca Municipal, que ocupa el Palacio Panetti y el Palazzo della Signoría, construido en el siglo XVI por Francesco di Giorgio Martini, discípulo de Brunelleschi.
Aún en la provincia de Ancona pero casi en la división con la vecina Umbría está el bonito pueblo de Fabriano, conocido por su artesanía del papel desde el siglo XIII.

La provincia ofrece muchos lugares interesantes hacia los que encaminar nuestros pasos. Dirigiéndonos hacia el norte desde la ciudad de Ancona, Chiaravalle, cuya abadía, situada en la plaza central de la ciudad es muy conocida y visitada. También hacia el norte pero en la costa, la ciudad balneario de Senigallia, con la Roca Roveresca emplazada sobre antiguos cimientos romano y emblema de la ciudad. Desde Senigallia hacia el interior se sitúa Corinaldo donde nació la santa Maria Goretti y donde peregrinan muchos de sus devotos. Cerca de Corinaldo se pueden visitar dos bonitos pueblos, Ostra y Ostra Vetere.
También en el interior se encuentra la interesante ciudad de Jesi, fundada en su origen por los umbros poblada posteriormente por etruscos, galos y romanos que la llamaron Aesis. Esta ciudad gozó de gran prosperidad a comienzos del siglo XIII ya que en ella nació el futuro emperador Federico II. Conserva un casco antiguo medieval y renacentista rodeado de murallas que cuentan con puertas de acceso y atalayas. Son interesantes su Pinacoteca Municipal, que ocupa el Palacio Panetti y el Palazzo della Signoría, construido en el siglo XVI por Francesco di Giorgio Martini, discípulo de Brunelleschi.
Aún en la provincia de Ancona pero casi en la división con la vecina Umbría está el bonito pueblo de Fabriano, conocido por su artesanía del papel desde el siglo XIII.
Cerca de Ancona, a unos 18 km hacia el sur, en una colina, esta Osimo, Auxum en la época romana, de la que conserva numerosos vestigios y siguiendo hacia el sur, tras pasar por Castelfidardo se encuentra uno de los santuarios marianos más importantes de la iglesia católica y el mayor de Italia, el Santuario de Loreto, cuya ciudad a crecido a expensas del santuario.
El Santuario de Loreto tiene su origen en el siglo XIII, cuando, según la tradición, la casa natal de la Virgen Maria en Nazaret fue trasladada por ángeles desde Palestina hasta Tarseto en Dalmacia para protegerla de los invasores mamelucos. En el año 1294 la Santa Casa fue trasladada de nuevo, esta vez hasta un bosque de laureles (lauretum en latín es lugar poblado de laureles, de donde derivó el nombre de Loreto) al otro lado del Adriático en Italia. Lo que si se ha podido constatar a través de documentos es que fue transportada por las naves cruzadas a instancias de un miembro de la importante familia Angeli que gobernaba en el Epiro y quería salvaguardar la reliquia.
En el siglo XIV se construyó el santuario para albergar en su interior la Santa Casa. La imagen de la Virgen que se adora en este lugar es oscura en recuerdo del la estatua original de madera de cedro oscurecida por el hollín de las lámparas de aceite con que iluminaban la capilla. Fueron numerosos los artistas de la época que trabajaron sucesivamente en el santuario como Sangallo, Bramante, Vanvitello y el pintor Lorenzo Lotto. Delante de la Basílica se abre la hermosa Piazza della Madonna.

MACERATA

Es la tercera provincia de Las Marcas de norte a sur y la que proporcionalmente tiene menos litoral adriático. En su fisonomía se alternan las montañas que se hacen colinas según se van acercando al mar, los bosques umbríos, los valles y las cuidadas zonas dedicadas a la agricultura cuyos huertos parecen jardines por el esmero con el que se trabajan. El conjunto es en su mayoría bucólico. Macerata es también el nombre de la capital y mayor núcleo urbano de esta provincia.

Macerata está situada a 314 metros sobre el mar entre dos valles: Potenza y Chienti y rodeada de colinas y huertos entre los que se encuentra la Iglesia de Santa Maria Assunta de Rambona, fundada en el siglo VIII por la reina lombarda Ageltrude y cuyos frescos aún se conservan para admiración del visitante. También en las afueras de Macerata se encuentran las ruinas de la ciudad romana de Helvia Ricina entre las que destaca el teatro.
Una vez en la ciudad se hace patente por qué pertenece a la Asociación Italiana de las Ciudades de Arte y Cultura ya que aúna la monumentalidad de su patrimonio medieval y sus numerosos museos a una activa vida cultural que abarca el amor por el teatro y la música.
La tradición cultural de Macerata viene de mucho tiempo atrás ya que su universidad es una de las más antiguas del mundo, fue fundada en el año 1290 con una escuela de derecho e inauguro un gran sentido de amor y respeto por la cultura que no ha cesado. Uno de los ciudadanos insignes de la ciudad fue el padre misionero Matteo Ricci que nació allí en 1552, estudió en la escuela jesuita de la ciudad y tras acabar de formarse en Roma y Coimbra dirigió sus pasos a los veintiséis años hacia oriente para llegar a China y allí, a la vez que predicaba el cristianismo y enseñaba la cultura europea, el mismo aprendió la lengua china y se familiarizo tanto con aquella cultura milenaria que incluso adopto su forma de vestir. Ricci fue sin duda el mejor embajador de Europa en Asia hasta el momento y contribuyo a un intercambio de conocimientos y culturas sin precedentes entre ambos mundos.
La ciudad original de época romana estaba situada en el valle pero tras su destrucción fue reconstruida en la colina y allí se desarrollo desde la Edad Media. Actualmente los edificios más representativos corresponden a los siglos XVI al XVIII. La visita para conocer Macerata puede partir del Paseo Matteotti para llegar a la Plaza de la Libertad, alrededor de ella se suceden hermosos edificios como el Palazzo Comunale (antiguo Palacio de los Priores) del siglo XVI-XVII, la Logia dei Mercanti proyectada por Cassiano di Fabriano en estilo renacentista (siglo XVI), el Palazzo della Prefectura (siglo XVI), la Torre dell Orologio desde la que se obtiene una vista fantástica de la ciudad, el Teatro Lauro Rossi construido en 1700 y la iglesia de San Pablo entre otros. También hay que visitar la Catedral del siglo XV y el Santuario della Madonna della Misericordia diseñado por el arquitecto Luigi Vanvitelli y bellamente decorado en mármol, el “Sferisterio”, un anfiteatro construido en 1829 en estilo neoclásico que podía acomodar hasta 7.000 espectadores y donde tenía lugar el juego de pelota “al brazal” (especie de frontón). En verano se celebra aquí la temporada lírica.
Entre los numerosos museos y palacios de la ciudad destacan la Pinacoteca De Arte Moderna ubicada en el Palazzo Ricci, el Palacio Compagnoni Marefoschi y el Palacio Bounaccorsi.
Haciendo gala de la tradición cultural de la ciudad de Macerata, se celebran cada año el Festival Nacional de Arte Dramático y el Festival de Jazz.

Gran parte de la provincia de Macerata está ocupada por los Montes Sibilinos en los que se puede disfrutar de la naturaleza “en letras mayúsculas”, rutas para senderistas, a pié, a caballo o en bicicleta, parapente, vuelo libre, ala delta sobrevolando el Monasterio de San Liberato y en invierno, a parte del esquí tradicional se pueden hacer rutas fuera de pista con guías experimentados.
Para compensar la agitación del deporte lo mejor es disfrutar en los centros balnearios de Sarnano (donde se celebra un interesante Mercado Nacional de Antiguedades Artísticas) que atrae a los visitantes a sus Balnearios de San Giacomo y Tolentino. Este último no solo ofrece las propiedades curativas de sus aguas sino que también es la sede del Museo Internacional del Humor que se nutre cada dos años del festival “Bienal Internacional del Humor en el Arte de Tolentino”. La historia también corre por las calles de este bonito pueblo cuando en el mes de agosto tienen lugar animadas representaciones medievales. No hay que perderse la iglesia de San Nicolás por los frescos que decoran la capilla dedicada a este santo y pintados por la escuela de Giotto de Rímini (siglo XIV).
No muy lejos se encuentra Camerino, ciudad universitaria desde 1727 y cargada de historia como puede apreciarse al pasear por sus calles. Otro interesante lugar es Recanati, el lugar de nacimiento del poeta Giacomo Leopardi (1798 – 1837), clásico ejemplo de erudito del Romanticismo que además de la poesía cultivaba otras disciplinas como la filosofía, filología, ciencias naturales, historia y dominaba varias lenguas clásicas y modernas. Su ciudad con numerosos edificios de los siglos XV y XVI y la Pinacoteca Municipal con obras de Lorenzo Lotto y el hermoso entorno le ayudaron a concebir sus obras. Hoy en día se celebra en Recanati un festival de música enfocado a la música de autor.
Siguiendo por la provincia de Macerata son muchos los lugares que encontramos y que bien merecen una visita, en el interior se encuentra el pintoresco pueblo de Cingoli que conserva varias iglesias medievales y que por su elevada situación ofrece una vista panorámica que abarca desde El Conero hasta los Montes Sibilino, no en vano llaman a este pueblo “balcón de la Marcas”. En el pueblo medieval de Urbisaglia situado en una hermosa reserva natural se puede visitar el Parque Arqueológico, disfrutar del entorno natural en la Abadía de Chiaravalle de Fiastra, y admirar el antiguo anfiteatro romano que aun sirve para representar las obras de los clásicos, Esquilo, Sófocles, Eurípides, Aristófanes y Plauto. Para los amantes de los jardines es imprescindible visitar Potenza Picena donde se encuentra la Villa Jardín Buonaccorsi, cuyo jardín de estilo italiano es único ya que se mantiene tal como se concibió en el año 1700. A pocos kilómetros de Montecassiano que posee un bonito Palazzo Comunale y la parroquia de la Asunción, está la iglesia románica de San Claudio Chienti. En Morrovalle donde se mantiene de manera especial la tradición de los belenes artesanales, hay un interesante Museo Internacional de Pesebres con piezas procedentes de todo el mundo.
Las tradiciones en la provincia de Macerata se mantienen en muchos lugares como en Treia, donde se celebra cada año el “Desafío de la Pulsera”. En esta celebración cada barrio del municipio representa a una de las clases sociales que lo habitaban en el pasado: nobleza, campesinos, burgueses y gitanos. Las celebraciones incluyen como no, música y bailes.
Una vez en la costa no hay que dejar de visitar los centros turísticos de Civitanova Marche y Porto Recanati donde se puede degustar el “brodetto”, delicioso caldo de pescado aderezado con azafrán. Hablando de gastronomía no se pueden dejar de mencionar los buenos vinos de la zona como el Blanco de los Colli Maceratense, el Verdicchio di Matelica y el espumoso Vernaccio de Serrapetrona. Se puede afirmar que la gastronomía de Macerata en su conjunto es de por si un gran atractivo gracias a la calidad de sus productos. Los “vincisgrassi” (lasagnas), los embutidos como el “ciausculu”, la parmesana de Gobbi, las dulces “crescia fogliata” y las galletas de mosto complacerán al más exigente gourmet.

FERMO

Es la provincia más pequeña de la región de Marche pero no por ello menos interesante. Está situada entre Macerata y Ascoli Piceno. En su pequeño territorio muestra un resumen de lo que ofrece toda la región: un litoral en el que disfrutar del mar y de las actividades relacionadas con él y una naturaleza que permite los deportes de montaña. Ciudades históricas y pueblos medievales construidos en lo alto de los cerros y colinas para favorecer su defensa. La capital y centro más importante se llama como la provincia, Fermo.

Fermo, antiguamente Firmum Picenum, es una agradable ciudad cuya parte antigua e histórica se encuentra encaramada en las laderas del monte Sabulo desde cuya cima domina la catedral dedicada a Santa María de la Asunción. De la costa,donde está su puerto, la separan 8 km pero desde su elevada ubicación se abarca un variado paisaje que va desde el mar hasta los Montes Sibilinos. La parte nueva de Fermo se extiende hacia la costa con numerosos nuevos barrios marítimos y zonas industriales que le dan una gran prosperidad sobre todo la basada en la producción de calzado.
Aunque en su origen era una floreciente colonia romana su época de mayor esplendor fue durante la Edad Media y el Renacimiento, periodos que le legaron los monumentos y fisonomía que hoy en día la caracterizan con estrechas calles que suben por la colina.
El corazón de la ciudad de Fermo es sin duda la Plaza del Popolo alrededor de la cual se sitúan edificios y monumentos que aunque proceden de diversas épocas, forman un conjunto armonioso y bello. Destaca el Palacio de los Priores del año 1296 que alberga el Museo Arqueológico y la Pinacoteca en cuyas salas se pueden admirar obras de la región de las Marcas y de Venecia, una pieza muy curiosa es la llamada “Lu Marguttu”, es una estatua en madera de un sarraceno que se utilizaba como blanco en los torneos. Entre las pinturas destaca una hermosa Adoración de los pastores de Rubens. Junto al Palacio de los Priores, a la izquierda, está el Palacio de los Estudios en estilo renacentista, es la biblioteca municipal cuyo origen se remonta a 1688 y a la que se accede por una puerta monumental. Contiene numerosos y valiosos volúmenes entre sus fondos y cabe destacar en la Sala del Mapamundi un globo terráqueo del siglo XVIII. También en la plaza del Popolo se sitúan el Palacio Apostólico, el pórtico de San Roque y la iglesia de San Martín todos ellos del año 1500.
Cerca de la plaza se pueden visitar las antiguas cisternas romanas que abastecían de agua potable a la ciudad de Fermo y a su puerto, gracias a un sistema de 30 estancias unidas entre sí, que acumulaban el agua de lluvia y la depuraban para el consumo humano. Es un edificio del siglo I d.C. de 2000 m 2 que ha llegado a nuestros días en un excelente estado de conservación por lo que es un ejemplo excepcional en su género.
Muchos de los monumentos de Fermo se van descubriendo al caminar por sus calles como el Teatro Águila, uno de los principales de Italia. En el Paseo Corso Cefalonia, una de las calles principales del casco antiguo, se suceden varios palacios renacentistas como Azzolino, Vitali Rosati… y la torre Matteucci del siglo XIII. Subiendo hacia la Catedral de Santa María de la Asunción de estilo románico-gótico hay que contemplar la maravillosa vista desde el mirador de la Piazzale del Girfalco.

En la provincia de Fermo la naturaleza y la historia se aúnan para proporcionar al viajero imágenes para el recuerdo. Como en Amandola con su Abadía de San Rufino y Vitale del siglo XI, cerca de la cual se construyó una presa sobre el río Tenna que en verano se cierra para formar un lago artificial que hace las delicias de los que lo visitan. En los alrededores se pueden hacer excursiones a pié o a caballo y observar las aves del lago y los ciervos que más tarde serán liberados en el cercano Parque Nacional de los Montes Sibilinos. En el mismo río Tenna se puede visitar la garganta llamada Gola del Infernaccio.
Otros lugares interesantes son Montefortino donde se puede conocer su interesante galería de pintura, el pueblo de Servigliano, muestra excelente de planificación urbana del siglo XVIII, Falerone con la zona arqueológica que abarca el antiguo Falerio Picenus etc.
Uno de los atractivos de la provincia de Fermo que ha generado un incremento del turismo en los últimos tiempos es sin duda la gastronomía ya que en esta zona es especialmente exquisita gracias a los cuidados productos locales entre los que están el excelente aceite de oliva, quesos, embutidos, vinos, miel, legumbres, licores artesanales y muchos otros. Es un placer degustar el sabroso lomo con higos o las aceitunas rellenas y tantas otras especialidades de esta provincia.

ASCOLI PICENO

El sur de la región de Marche lo ocupa la provincia de Ascoli Piceno cuya fisonomía sigue a grandes rasgos la de toda la región es decir una sucesión de montañas que se suavizan en colinas según van acercándose al mar y valles que las cruzan y cuyos ríos a veces forman bellas gargantas llamadas “golas”. Si se puede destacar algo que la hace diferente seria el color, el color cambiante de la naturaleza a lo largo del año, que aquí se acentúa de manera especial. El paisaje que predomina es ondulado, las colinas se suceden en distintas tonalidades determinadas por los diferentes cultivos, lo que da a la tierra un cromatismo espectacular. La parte más occidental está ocupada por los Montes Sibilinos que la separan de la vecina Umbría y al este el límite lo marcan las aguas del Mar Adriático hasta el que llegan suavemente las formaciones rocosas. El litoral aunque estrecho, es arenoso, por lo que a lo largo de él se suceden varios centros turísticos de renombre como son San Benedetto del Tronto cuya larga playa está rodeada de palmeras, Cupra Marittima que goza de un microclima templado casi tropical y Grottamare, conocida por su finísima arena y las estrechas callejuelas de su caserío.


Esta naturaleza tan atractiva hace de Ascoli Piceno un paraíso para los amantes del senderismo que en los Montes Sibilinos de Ascoli encontraran lo que buscan. Por cierto, quizá lo que encuentren allí, según la leyenda, sea la cueva de la Sibila, que era capaz de adivinar el porvenir. O bien puedan encontrar a Poncio Pilatos en el lago que lleva su nombre y en el que se dice desapareció arrastrado por búfalos. Los senderos que llevan a estos mágicos lugares también pueden recorrerse en bicicleta ya que se han trazado gran número de posibles rutas. El descanso tras el deporte se puede encontrar en Acquasanta Terme, estación termal ya conocida por los romanos gracias a los efectos curativos de sus aguas.

Ascoli Piceno, capital de su provincia y situada en el interior, está considerada como una de las ciudades monumentales de Italia por su centro histórico medieval. Su emplazamiento privilegiado en la confluencia del rio Tronto con el torrente Castellano y rodeada por tres lados de montañas le confieren una belleza especial. La armonía del conjunto de sus edificios civiles y religiosos, adornado por sus numerosas torres (se cree que en la Edad Media había 200, hoy en día quedan unas 50 en pie) le han otorgado el sobrenombre de “pequeña Siena”.

Fueron los picenos los primeros pobladores que se asentaron en este lugar y establecieron una pequeña población que creció en época romana y a la que llamaron Asculum de donde deriva su nombre actual. Su prosperidad vino dada por estar situada en el camino de la Vía Salaria que comunicaba el Lacio con la costa del Adriático, donde se producía la sal, tan apreciada en la antigüedad. Tras el dominio romano llego la devastación desde el norte con los ostrogodos y con los lombardos. Tras ellos fue gobernada por los francos y más tarde paso a depender de los Estados Papales hasta que en 1189 se convirtió en república libre. En el siglo XV volvió a quedar bajo el poder papal. Tuvo periodos de prosperidad durante el renacimiento en los que llegaron artistas extranjeros a trabajar y dejar su impronta como el veneciano Carlo Crivelli (1430-1494) que venía de las escuelas de Mantegna y Bellini. En los siguientes siglos se mantuvo como centro agrícola hasta ser anexionado en 1860 junto con el resto de Las Marcas al Reino de Italia.

En la mayoría de los monumentos, edificios y calles del casco antiguo se empleo como material de construcción el mármol travertino procedente de las cercanas canteras, cuyos tonos grises dan una uniformidad y personalidad única a esta ciudad.
En la ciudad antigua destaca la Plaza del Popolo, su centro neurálgico, cuya planta alargada está pavimentada con enormes losas. Es una majestuosa plaza renacentista considerada una de las más hermosas de Italia, rodeada de edificios góticos, renacentistas y arcos. Uno de estos edificios es el Palacio de los Capitani del Popolo (que era la sede de la “podestá”, el gobernador de la ciudad) del siglo XIII que fue remodelado en el XVI y cuya torre almenada domina la plaza. También destacan la iglesia de San Francesco construida en el siglo XIII al XVI con influencia lombarda, tiene una bonita portada presidida por la estatua de Julio II y dos claustros uno pequeño del siglo XIV y el gran claustro que alberga un mercado de frutas y verduras muy agradable. Y la Lonja de los Mercaderes (siglo XVI) en estilo bramantesco.

La Plaza del Popolo no solo es un marco artístico incomparable sino también parte de la vida de la ciudad en la que se encuentra el conocido Café Maselli construido en estilo Liberty, agradable punto de encuentro.
Otro lugar de referencia de la ciudad es la Plaza Arringo, en la parte moderna, donde se encuentra la Catedral de San Emidio y el Palacio Episcopal y varios interesantes museos : la Pinacoteca Cívica con obras, entre otros, de Tiziano, el Museo Diocesano y el Museo Arqueológico Estatal. También se conservan más de una docena de encantadoras iglesias románicas entre las que destacan Santo Tomás, San Vitorio con su pequeño campanario y Santa María Intervineas. Y otros muchos monumentos dignos de mención como son: el Baptisterio, las iglesias de San Agustín (XIV) y San Pedro Mártir (XIII), el convento de Santo Domingo con su claustro del siglo XVII, el Puente Romano, el Palacio Lombardo y la Torre Ercolani (siglos XI-XII), la Fortezza Pía (mandada construir por el papa Pío IV) y la Fortaleza Malatesta.

Ascoli Piceno es una ciudad llena de tradiciones que viven en los talleres de artesanía como los de los lutieres o en la fiesta de su patrón San Emidio, a principios de agosto, en la que tiene lugar un gran desfile cuyos participantes van vestidos al estilo renacentista y la “Quintana” en la que las calles se llenan de historia rememorando los combates entre caballeros en la “Justa del Sarraceno” para conseguir el trofeo, el Palio. La tradición teatral también viene de antiguo y sus templos son el Teatro Filarmónico, el Ventidio Basso y el Auditorio S. Francesco di Paola.
Cerca de Ascoli Piceno, se pueden visitar lugares muy interesantes sin necesitad de desplazarse largas distancias, muy cerca, en Castel Trosino, se halla una curiosa necrópolis lombarda datada en el siglo VI. También cerca se encuentra el Monte de la Ascensión, escenario desde la Edad Madia de peregrinaciones religiosas que se han perpetuado hasta hoy en día. Cada año en mayo, peregrinos de toda la comarca suben a la montaña para llevar la imagen de la Virgen hasta la iglesia construida en la cumbre en su honor.
Para una escapada a la montaña están el Parque Nacional de los Montes Sibilinos, el Parque Nacional del Gran Sasso-Laga y la cumbre de la Sibila. Pueblos medievales que transportan a otro tiempo como Offida con los restos de una fortaleza del siglo XV y Ripatransone cuya privilegiada situación le ha valido el sobrenombre de “Mirador del Piceno”.

Y en cada lugar se puede saborear la rica gastronomía de esta tierra, una cocina basada en un excelente aceite de oliva, la sencillez y los productos de la montaña. Son exquisitas las aceitunas rellenas, rebozadas y fritas, la pasta al huevo como los macarrones de Campofilone, las sopas de legumbres, el pavo a la ascolana… todo ello aderezado por los renombrados vinos como el Rosso Piceno y el Bianco Falerio Colli Ascolani.

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