ABRUZZO: Chieti , Pescara

CHIETI
El sureste de la región de los Abruzos lo ocupa la provincia de Chieti. Está situada entre las de Pescara al norte, L Aquila al oeste y la región de Molise al sur. El noreste y este está bañado por las aguas del mar Adriático. Su territorio es mayoritariamente montañoso ya que está ocupado en gran parte por el macizo de la Majella. Esta cadena montañosa que conforma el relieve de la provincia se va suavizando en forma de colinas, a medida que se acerca al litoral del mar Adriático. Esta geografía se ve interrumpida por una serie de valles paralelos formados por los ríos que desembocan en el Adriático. Entre los valles más conocidos están el Val Pescara y el Val di Sangro. La costa se extiende a lo largo de 72 km de litoral escarpado y rocoso pespunteado por playas de arena o guijarros y recibe el nombre de “Costa dei Trabocchi” (costa de los traboccos). Este nombre se debe a las numerosas construcciones de madera a modo de embarcaderos que se adentran en el mar, llamadas “trabocchi” o traboccos, y que los pescadores construían para facilitar su tarea. Por todo estoy por la posibilidad de practicar los deportes náuticos en toda su amplitud y disfrutar de gran animación nocturna en los centros turísticos, se convierte la costa de Chieti en un agradable destino de vacaciones.
En las zonas menos abruptas se cultiva la vid y el olivo que producen respectivamente excelentes vinos y aceite de oliva.
Por todo esto, la naturaleza en la provincia de Chieti es un gran valor a proteger, para ello se han creado numerosas reservas naturales para asegurar la conservación del medioambiente. Existen grandes masas forestales como los abetos del sur de la provincia y los encinares cercanos a la costa como el de la Reserva Natural de Lecceta di Torino di Sangro. En el norte la flora es la característica de la montaña, siendo las especies más predominantes el abedul, el arce, el pino negro y el haya. En invierno se puede practicar el esquí de fondo y el alpino en sus bien equipadas estaciones de Pizzoferrato y Gamberale en los Montes Pizzi o bien en las de La Majella y Passolanciano. Durante el resto del año son el trekking y el senderismo los deportes de montaña que se pueden practicar en las numerosas rutas establecidas y el gran numero de refugios de montaña creados a tal efecto. La biodiversidad de la flora y la fauna son un gran aliciente para los amantes de la naturaleza.
Para acabar, hay que darle un lugar importante, el que merece, a la gastronomía “teatina” que en los pueblos del interior se degusta y celebra en numerosas ferias y encuentros gastronómicos en los que los productos locales son los protagonistas: aceite de oliva, trufas, miel, confituras, turrón de higos secos, sanguinaccio a la chietina (especie de morcilla que lleva entre sus ingredientes mosto y chocolate), quesos, vinos y dulces.
En la antigüedad la provincia de Chieti se llamó Citeriore (parte cercana) por su posición en la orilla derecha del río Pescara, más cercana al reino de Nápoles, al que pertenecía. También se la conoció como provincia “teatina” por el nombre antiguo de una de sus ciudades, Teate.
Sus principales ciudades son Chieti, la capital y cuarta ciudad más poblada de los Abruzzos, Lanciano, Ortona y Francavilla al Mare.
CHIETI es la capital de la provincia y está situada cerca de la costa, al final del valle del rio Pescara, y como fondo la imagen permanente del Gran Sasso d Italia. Se encarama sobre una colina que divide los cursos de los ríos Pescara-Aterno de las aguas del Alento. En este emplazamiento hubo una colonia griega que se atribuía su fundación al héroe Aquiles, quien le puso el nombre de su madre Tetis (o Teate). Posteriormente llegó el pueblo de los marrucinos, uno de los que poblaban el centro de la península itálica, y que la convirtieron en su principal bastión. Ante el empuje de los romanos se aliaron con el pueblo vecino de los samnitas y desafiaron a Roma que acabó por ocupar la ciudad en el año 305 a. C. Ya formando parte del imperio romano paso a denominarse Teate Marrocinorum y alcanzó un importante desarrollo hasta el ocaso del imperio. Ya sin la protección de Roma fue objeto de saqueos y ataques de los pueblos barbaros que llegaban del norte, godos, visigodos y longobardos. Fueron estos últimos los que fundaron un condado en el que Teate/Chieti fue una de las ciudades más importantes. El transcurso de la historia trajo sucesivamente a francos, suevos, angevinos, aragoneses y franceses en el control de la ciudad.
Actualmente es fácil distinguir en la ciudad de Chieti dos partes, la ciudad antigua con el centro histórico, llamada Chieti Alta por estar situada sobre una colina y la ciudad moderna que ha ido creciendo hacia la llanura, en la que se ha ubicado el campus universitario, llamada Chieti Scalo.
Entre las calles de su casco antiguo se encuentran los vestigios de su larga historia en sus monumentos y rincones. Quedan restos del teatro romano, de pequeños templos, de una cisterna perteneciente a las antiguas termas y algunos más del periodo romano. La arquitectura religiosa está muy bien representada por la Catedral de San Giustino construida en los siglos XI-XII sobre otro edificio ya existente que databa del año 840 y que fue mandado construir por el obispo Teodorico. En el interior se conservan frescos originales y dispone de un bonito campanario adornado por unos graciosos arcos ojivales dobles obra de Bartolomeo di Giacomo.
También merece una visita la iglesia de San Prieto e San Giovanni dei Cappucini, del siglo XVII. Otros edificios interesantes son el Teatro Marrucino, el Palacio Martinello-Bianchi en el que se exhiben colecciones de frescos, lienzos y cerámicas, el museo de Arte “Constantino Barbella”, el museo de Arte Sacro… Pero sobre todo el Museo Arqueológico Nacional de los Abruzzos, ubicado en una hermosa mansión de estilo neoclásico y cuya concepción es especialmente vanguardista. En él se pueden contemplar importantes piezas de tiempos prehistóricos y de Grecia y Roma aunque lo más interesante y famoso es sin duda la estatua funeraria del Guerrero de Capestrano, del siglo VI a.C. que se encontró en la vecina provincia de L Aquila en 1934.
VASTO
De la misma manera que Chieti, la localidad de Vasto, situada junto a la costa, está dividida en una parte alta, la ciudad antigua y la baja. Esta última compuesta por el desarrollo moderno de los nuevos barrios ha llegado hasta el litoral y se denomina Vasto Marina, constituyendo un destino turístico marítimo en el que abundan los restaurantes donde degustar el plato típico de la ciudad, el “brodetto vastese”, de gran tradición marinera, hecho a base de diversos pescados.
La alta Vasto es una antigua ciudad adriática desde cuyo emplazamiento se divisa un gran panorama de su costa con el promontorio rocoso de Punta d Erce. Su origen se sitúa alrededor del 1300 a.C. cuando la tribu itálica de los frentanos estableció allí uno de sus principales asentamientos. Aunque la leyenda atribuye la fundación de la ciudad al héroe griego Diomedes…
Tras ser, bajo el Imperio Romano, un municipio próspero llamado Histonium, cayó en la decadencia y la destrucción con las invasiones bárbaras. En el siglo XI fue reconstruida por los lombardos y se convirtió en el feudo de los Caldora hasta el año 1496 a partir del cual paso a manos de la familia D Avalos, la cual embelleció la ciudad dotándola de hermosos edificios y obras de arte. Un hijo ilustre de la ciudad de Vasto es el pinto Filippo Palizzi (1818 – 1899) cuyas obras se pueden admirar en el Museo Cívico de la ciudad.
En las calles del casco antiguo se encuentra la catedral de San Giuseppe del siglo XIII y el Palacio D Avalos, construido sobre los restos de un edificio del siglo XIV y que fue la residencia de los últimos señores de la ciudad. Hoy en día alberga el Museo Arqueológico y la Pinacoteca. Además hay que visitar el Castillo del siglo XIII de elegante factura con sus torres y parteluces, el castillo-palacio Caldora, reconstruido por los señores de la casa D Avalos tras un incendio en 1566 y de nuevo en el siglo XVIII y que durante el siglo XIX fue utilizado para viviendas y las iglesias de Santa Maria Maggiore, Sant Antonio, San Francesco di Paola, Santa María dal Carmine y Sant Onofrio.
ATESSA
Por el interior de la provincia, se llega a una pequeña localidad situada a 433 mts de altitud, sobre dos colinas desde las que se obtienen unas espectaculares vistas del paisaje que las rodea.
Es la villa de Atessa que según la tradición se formo de la unión de los dos pueblos que coronaban cada una de las colinas en las que se asienta y que estaban separados por un vallecillo. Eran las antiguas Ate y Tixe que decidieron unir sus fuerzas tras el combate que mantuvieron con un terrible dragón que asolaba la comarca y que fue finalmente muerto por San Leucio que acudió a socorrerles.
Lo cierto es que su origen se remonta a épocas prerromanas, por los vestigios encontrados. Las primeras menciones que se hacen de Atessa refiriéndose a ella con ese nombre, son del siglo X. En la Edad Media fue parte de las posesiones de la familia feudal de los Colonna. En la actualidad a crecido considerablemente debido al proceso de industrialización que ha sufrido en las últimas décadas el valle del rio Sangro.
El centro histórico de Atessa ha mantenido bastante bien su carácter, conservando bellos edificios de los siglos XVIII y XIX. Hay que visitar la Catedral de San Leucio, la iglesia de Santa Cruz y la de Santo Doménico con su bella portada del siglo XVII. En cuanto a la arquitectura civil destacan los palacios de Marcolongo, el de Spaventa, el Palacio Coccia-Ferri y la Casa de Marco con sus decoradas ventanas.
En las afueras de la villa no hay que dejar de visitar la Columna de San Cristóbal. Es una estatua del santo que fue erigida sobre la cercana colina de San Cristobal en 1657, cuanto la peste asolaba a la población y de esta manera querían pedir la protección del santo.
LANCIANO
Es otra de las localidades de Chieti que merecen una atenta visita. La pequeña ciudad medieval esta cerca de la costa adriática y situada en el valle del rio Sangro. El territorio de su municipio abarca desde las estribaciones del macizo de la Majella hasta el mar y al sur limita con el rio Sangro y lo componen 33 pequeñas pedanías que rodean a la ciudad. El centro histórico de Lanciano se reparte entre tres colinas llamadas Erminio, Petroso y Selva y junto a él pasa el torrente Feltrino. Los barrios más modernos se han desarrollado hacia el sur donde la orografía se hace mas llana.
De la época romana de Lanciano, cuyo nombre significa lanza, se conservan las Termas. Otros edificios representativos son la Catedral, parte de la cual se asienta sobre un antiguo puente romano del siglo II, la iglesia de Santa Maria la Mayor, de estilo cisterciense, con su rosetón central de magnífica factura y los museos Municipal Arqueológico y el Diocesano.
Pero lo que hace realmente famoso a nivel internacional a Lanciano y destino de peregrinos, es el Milagro Eucarístico que tuvo lugar en el siglo VIII cuando un monje basiliano, tras haber realizado la consagración del pan y del vino en la misa que estaba celebrando, comenzó a dudar de que lo que sostenía en sus manos fuera realmente la carne y la sangre de Cristo. Ante sus ojos se produjo el milagro ya que la hostia se transformo en carne y el vino en sangre, con lo que su fe se reafirmó definitivamente. A través de los siglos se han mantenido estas reliquias guardadas en un cáliz en la iglesia de San Francisco que las custodia desde entonces y no se han desintegrado como las leyes físicas hubieran impuesto.
PESCARA
La provincia de Pescara está situada entre las de L Aquila al oeste, Teramo al norte, Chiesi al sur y el mar Adriático al este. Es la menos extensa de la región de los Abruzzos pero a pesar de eso su geografía es muy variada ya que va desde las estribaciones de los Apeninos, en el interior, a la costa, pasando por extensiones de colinas cruzadas por numerosos ríos entre los que destacan el Tavo, Orta, Tirino y Pescara que da nombre a la provincia. Este amable paisaje acoge una abundante flora y fauna entre la que se cuentan valiosas especies de aves que encuentran su hábitat en los lagos de Penne y Alanno. Parte del territorio de Pescara pertenece a los grandes parques nacionales del Gran Sasso y Monte Laga y el de la Majella, por lo que los amantes de la naturaleza tienen asegurado el disfrute de la misma, pero aparte de estos grandes parques, existen reservas naturales que completan la oferta de naturaleza de la provincia.
No hay que dejar de visitar La Piana Grande della Majerella, la Pineta di Santa Filomena, el Valle dell Orfento, la Lama Bianca di Sant Eufemia a Maiella y la Pineta da Annunciana. Además están sus ciudades y pueblos que atesoran un rico patrimonio artístico resultado de su fecunda historia. Administrativamente la provincia de Pescara se constituyó con los límites actuales en 1927, cuando se unieron dos antiguas ciudades vecinas con csus respectivos municipios, Pescara y Castellmmare, situadas una a cada lado del rio Aterno.
PESCARA, la capital de la provincia se asienta en la desembocadura del rio también llamado Pescara. En su origen eran dos ciudades que al crecer formaron una sola área metropolitana . En ella nació Gabriele D Annunzio, famoso escritor italiano que además fue político y militar y que influyo de forma intensa en su ciudad y su desarrollo. Hoy en día la universidad de Pescara lleva su nombre. De la importancia de Pescara nos da idea las importantes citas internacionales que en ella se organizan.
Aunque el origen de Pescara se pierde en los tiempos prehistóricos, es bajo el dominio romano cuando la ciudad, llamada entonces Aternum, alcanza una gran importancia comercial, siendo uno de los principales puertos para el comercio con las provincias del este del imperio. En la Edad Media fue duramente castigada por los invasores lombardos que profesaban la religión arriana y castigaban cruelmente a las poblaciones que seguían la tradición cristiano ortodoxa. El obispo de Pescara, Cetteus, fue martirizado y asesinado por este motivo y en la actualidad es el patrono de la ciudad. En el siglo XII se la comienza a conocer por el nombre de Piscaria, “rica en pescado”, nombre que derivo en el actual. A partir del siglo XIII, Pescara pasa a pertenecer al reino de Nápoles. En los siglos posteriores sufre los ataques de venecianos y turcos convirtiéndose en un gran bastión para la defensa de la zona. En la actualidad es una de las mayores ciudades de la región de los Abruzzos y uno de los centros comerciales, económicos, industriales y turísticos más importantes de toda la costa adriática italiana. La costa de la provincia de Pescara abarca tan solo 20 km, pero son unos kilómetros excelentes para disfrutar del mar ya que abundan los resort turísticos, restaurantes y distintos establecimientos e instalaciones de la mayor calidad. Las playas están protegidas por abundantes rompeolas que frenan la fuerza de las olas y convierten este trozo de litoral en un oasis para disfrutar del mar.
La calle más emblemática para comenzar la visita de Pescara es sin duda Corso Umberto I. Caminando por ella desde Corso Vittorio Emanuelle II y pasando por la Plaza Rinascita o Plaza Salotto se llega a la costa en la Plaza Primo Maggio, desde la que se puede acceder al paseo marítimo. Los edificios de referencia de Pescara son sin duda la catedral de San Cetteus que en su interior guarda una hermosa pintura de San Francisco del siglo XVII que se cree pintada por Guercino, la Casa Natal de Gabriele d Annunzio convertida en museo y dedicada al poeta, el Palazzo del Governo donde se ubica una importante biblioteca, la Basílica Madonna dei Sette Dolori con su fachada neoclásica etc.
Para disfrutar del ambiente nocturno lo mejor es visitar la avenida Corso Manthone, en el casco antiguo de la otra orilla del rio Pescara.
En el interior de la provincia hay que dejarse llevar por la carretera para descubrirla en sus pequeños pueblos y rincones así como en su naturaleza
PENNE , a 30 km de Pescara, situado junto al lago del mismo nombre, sobre dos colinas y frente al Gran Sasso, se puede disfrutar igualmente de los deportes relacionados con la montaña como del ambiente medieval de sus calles en las que se encuentran interesantes edificios como la Catedral con su campanario del siglo XIV y los restos del edificio paleocristiano que ocupaba anteriormente su emplazamiento, el Palazzo Vescovile, con un museo arqueológico y de arte sacro y la iglesia de San Giovanni Evangelista del siglo XIV.
No lejos se encuentra MANOPELLO, cuyo nombre (del latin “manus” y “plere”, manos llenas) data de cuando era un asentamiento romano entre tierras fértiles que daban excelentes cosechas. Se han excavado en sus alrededores varios recintos arqueológicos entre los cuales destaca una villa romana que conserva sus mosaicos intactos.
Otro atractivo de este bonito pueblo es la Iglesia del Volto Santo (del Rostro Santo), donde se conserva un velo en el que se ve la imagen de un hombre con barba y largos cabellos que se identifica con Cristo por lo que se le venera como una reliquia.
En esta misma zona también hay que visitar el pueblo de POPOLI con su Taverna Ducali, una pequeña joya de arquitectura medieval. Con su portal ojival, los escudos de armas y las ventanas geminadas, no ha sido alterada ni restaurada por lo que es un edificio singular.
CAMARICO TERME donde se puede visitar el Museo Natural y Arqueológico Paolo Barroso y además disfrutar de sus termas en el marco de un pueblo medieval situado en el Parque Nacional de la Majella a 650 mts de altitud, en NOCCIANO, dentro de su castillo, el Museo e Archivio degli Artisti Abruzzesi Contemporanei, en PICCIANO un interesante Museo delle Tredizioni e Arti Contadine, en Salle esta el Museo del Castillo.
LORETO APRUTINO, además de un curioso Museo del Aceite hay que visitar todo el casco antiguo que se concentra alrededor del castillo y la abadía benedictina del siglo XI. El nombre de esta villa medieval deriva del que le dieron los romanos debido a los muchos laureles que crecían en la zona, Laureatum. Anterior al asentamiento romano, ya existía un poblado de cuya necrópolis aún quedan restos. En primavera, en el Pentecostés, se celebra una curiosa fiesta en la que un niño vestido completamente de blanco y coronado de flores, pasea por las calles montado en un buey al que se le han adornado los cuernos con cintas de colores y se ha cubierto con una capa en la que esta bordada la imagen de San Zopito, su patrón.
CASTIGLIONE A CASAURA situado en el Parque Nacional del Gran Sasso-Laga, no hay que dejar de visitar la Abadía de San Clemente a Casaura, mandada construir por el abad Adam I en el año 980, constituye la más importante en su género de los Abruzzos. Su singular cimborrio, el ambón (lugar desde el que se realiza la lectura de la Biblia) y el candelabro pascual junto con la urna de alabastro que contiene los restos de San Clemente, son sus principales atractivos. Además están la Iglesia de San Francesco y la de Santa Maria Assunta, el Palazzo de Petris y la Gruta de Sant Angelo, en la ladera del cercano Monte Morrone, lugar de peregrinaciones.